Soledad y ausencia
¿Por qué la tristeza, niña de la tarde gris, es la condena,
si he dejado mal taberna y sobre los riscos mis escombros?
¿Por qué sangrando de vil ballesta el corazón
si tu ausencia le ha proscrito, sin espinas, noble verso?
¿Qué haberes grises entre los musgos del frío mar
que los llantos entre las rocas la indolencia te escurrieren...?
¡Oh! si al sucumbir la tarde
paños húmedos de oleajes tristes
al proscrito amante le apañaren...¡vuelve amante loca!
Pero ¡mira! Pareciere revolcarse
el bronceado paisaje de tu cuerpo
entre azulinas ondas...
Tal vez seamos drama exento de pueril libreto,
y ¡ay! fingirnos fiel amantes entre los gemidos fùnebres,
entre la humedad y la tibieza de una amante sombra,
y disfrutar de un cálido orgasmo en la playa solitaria
con la amada fiel destos sueños grises,
destas sombras tristes…
¿Por qué, linda ausente, los rumores antecediendo
a los tormentos llantos…?
¿Serán los pañuelos que ha bordado Amelia?
¿O los ondeos de melena triste
devastada en los tormentos?
A veces pienso, en tu soledad y en mi soledad...
¿Por qué negras basquiñas rodeándonos
en los sepulcros del olvido?
Mi alma esta de duelo...
1987
Autor: Santos Castro Checa
Mallares – Perú
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