Miguel Angel Garrido

NOCHE DE LLUVIA

Cuando en los ojos se borre la tarde,

la alta luz donde he sido tan feliz,

defenderé la paz por el camino

con la mañana en el rostro.

 

Hace un siglo

que tú me diste miel envenenada

y la resaca de una primavera

de solitario whisky. Colorín

y colorado,

un mundo imaginario,

vestido de retórica secreta,

respira en la distancia,

mientras niega

la soledad que tu recuerdo toca.

 

Son las promesas de los días borrados

como cansados ríos en las afueras.

El tiempo vuela absorto,

tal un beso

con sabor a final.

 

Escribo poemas

para buscar en ellos tu vacío,

pero no sé si acierto a describirte.

Tal vez el mundo,

raudo a deshacerse,

llega por otra ruta a tu costado,

sube la orilla del mar,

las antiguas

casas de la barriada en primavera.

 

La lluvia cubre las paredes de hiedra,

las autopistas de lo cotidiano.