Señora esplendorosa:
sus formas seductoras, excitantes,
las sueño con deseos delirantes.
Con gracias celestiales,
su imagen delicada me fascina,
tan grácil y divina,
me lleva por olimpos pasionales,
que despiertan caudales
de mórbida lujuria borrascosa;
¡señora esplendorosa!
Autor: Aníbal Rodríguez.