Mujer, en esta noche eterna y hala,
empapada de frío y de mi llanto,
se esconde en mi columna aquel quebranto
que diáfano de eternidad exhala.
Mujer, el tiempo ha de colonizarte
en una manifestación Onírica;
mas como tú y yo en una fama lírica,
así, mujer, jamás podrán amarte.
Esta noche que por tu piel se cuaja,
y en tus luceros náyades de Octubre
he visto tu manto auroral que cubre
tu sustancia; me aferro a una migaja
de tu doctrina. Oh nocturnal mujer,
será mañana, hoy no puede ser.
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David John Morales Arriola