Tú, que rendiste al firmamento
su oscuridad, su alegría…
Tú, que defendiste las libertades del aire…
el honor de tus palabras…
Hoy, ¿por qué has de temer que esos, tus labios, existan?,
¿por qué ese dudar, esa inquietud por
todo lo dicho hasta ahora?
Ser fiel a uno mismo es criticable con suma
facilidad sin, para ello, tener razones o argumentos.
Hoy en día, a quien más, a quien menos,
a todos nos encanta desdeñar a los demás.
Descalificar se valora mucho más que poner
en valor lo que sea, sobre todo si es algo ajeno