Ayer me detuve a hablar
con un indigente afuera
estaba sobre un cartón
tumbado sobre la acera.
Hacia un día de perros
el viento abría sus grietas
tenia el rostro marcado
de llorar allí sus penas.
No quería destaparse
para que nadie le viera
decía que su familia
mejor que no lo supiera.
Era un hombre de negocios
arruinado por sus deudas
que no supo soportar
pasar de rico a miserias.
Entre basura y cartones
se niega a seguir viviendo
olvidado de los suyos
su vida va consumiendo.
Classman