L.L. Cuitiño

Poema al desamor

 

 

Al fin me he convertido en lo que odio

Soy lo que repudie de niño

Un ser hosco, oscuro y silencioso

Una piedra del sentir inerte

Los últimos rayos de luz se han ido

Y no veo el claro de luz que guía mi destino.

 

El amor se siente en el aire

En estos días cálidos y primaverales

Pero tupido mi ser impide el paso

Y sin luz no germinan los sentires

Salvo repudiables pensamientos

Nido de roedores y serpientes mí cuerpo.

 

Sin timón ando a la deriva

Deliberadamente pido que se detenga

Y los frenos no responden

Me lanzo al mar más fiero

A buscar un sentido

Pero sin luz  naufraga mi destino.

 

Hoy no quiero ver a nadie

Ni mañana o el crepúsculo siguiente

Nunca, un ermitaño me siento

Un avaro de sentimientos

Un corazón ardiente

Enclaustrado en un yelmo inerte.

 

En el mismo sitio me quedo

Para no advertir al mundo de mí presencia

Sigiloso aguardo el momento

Me alivia la agonía de esperar el momento

Me refresca la briza del caudal turbulento

Y me lanzo al mar en la tempestad latente.

 

Me he convertido en un ser hosco

Un cuerpo enjuto es la ofrenda para la desgracia

Y a la naturaleza me entrego

Nútranse de mi cuerpo, rescaten lo poco que queda

De este ser yerto por la emoción

De no sentir el amor.

 

Y del amar me deshago

A La mar lo arrogo, con dos tragos

Y a blindar nuevamente el querer

Y a odiar nuevamente a otra mujer

Y a recordarte en silencio

Y a lloran un vez más hacia adentro los sentimientos.

 

Amargura eterna que se queda en la garganta

Y nauseas siento pero el vómito no llega

El amor es la condena

Oh tortura eterna, desdicha del presente

Placentero recuerdo del pasado

Epifanía de la muerte.