¡ Gloria a Dios en las alturas,
pues escucharon la voz de los pobres, al final,
y los ricos repartieron sus grosuras
a aquellos que no tenían ni pan!
¡Gloria a Dios en las alturas,
que al fin se hace justicia, al fin,
pues los malhechores cumplen sus condenas
y el inocente sin temor puede vivir!
¡Gloria a Dios en las alturas,
que por fin se pusieron de acuerdo
para crear un mundo nuevo
en donde la paz ya no sea un sueño!
¡Gloria a Dios en las alturas
que la maldad ya no existe, al fin,
y que el derecho a tener derecho,
es el primer derecho para vivir!
¡Gloria a Dios en las alturas,
que ya no somos esclavos de la esclavitud;
somos libres en nuestra libertad
y la dicha resplandece cual potente luz!