José Luis Barrientos León

Entre tu eco y tu vientre.

 

Si nuestras almas pudiesen surcar el cielo como formidables gaviotas

Si todo a nuestro derredor fuese mar, azul y esfera

Si  el viento bajo nuestras alas nos impulsara a la claridad de los sueños

Cuanta inmensidad alcanzamos, cuanto universo sería nuestro

 

Si el mar en su imponencia fuese nuestra senda y camino

Si pudiésemos alzar el vuelo entre acantilados y paisajes marinos

Si tan solo una vela nos llevase al infinito

Cuántas estrellas miramos, cuántas auroras serían nuestras

 

Si nuestro enternecido mirar volviese al tiempo de la inocencia

Si nuestros rostros atesoran las caricias de la infancia

Si nuestro otear fuese esperanza que derrotara la ausencia

Cuánta poesía excitamos, cuánta claridad en los sueños

 

Sí nuestras manos infantes, fecundan la tierra de anhelos

Sí los lirios nacieran en nuestra greda de ensueño

Si nuestro sudor y nuestro llanto germinan la vida y la espera

Cuanta simiente nupcial, cuanta pasión, cuanta entrega.

 

Seremos ecos del viento para vencer los silencios

Seremos olas marinas para caminar ambos mares

Seremos ojos de ausencia para contemplar lo amado

Seremos palma, costado, para el amor y el afecto

 

 Y si tu eco toma mi oído, escucharé tus cantares

Y si tu ola llega a mi orilla, recalará en tu vientre

Y si tus ojos miran mi alma, te entregaré mi semilla

Y unidos, tu eco, tu vientre y mi semilla, preñamos la vida