Te esperaré paciente
que retornes un día.
...Quizás cuando vuelvas,
ya el polvo cubrirá
con siglos y milenios
la losa del sepulcro
do reposan mis huesos,
mis canas, y mis sueños.
Pero vendrás... yo espero,
con tus lágrimas tibias
y el anhelo supremo
de nacer a la vida.
Y yo desde los cielos
(pues allá está mi choza)
miraré satistecho
tu retorno, Oh mi niña...
Y aunque no volviste a tiempo
para verme de nuevo,
lo importante es que vuelvas,
que vuelvas y que intentes
reconstruír tu vida
sobre la base firme
del perdón, la esperanza,
el amor y la dicha.
R. Gruger / 1984