Solo hay amor en mis letras, amada Cristina Raquel,
A veces vienen a mí, con el aire, como una brisa suave al pensarte,
Retrato mis sentimientos eternos en el blanco papel,
Y en cada latir de tu corazón, voy los versos arrebatándote
Me resbalan las palabras, y me tiembla la voz, por el beso aquel
Que bebí de tus labios de fresa, con esa pasión ardiente,
Con esa excesiva locura que encierras, erizando mi piel.
Quiero tener el oficio de los poetas, poder con ese arte
Perfumar y alegrar tus mañanas, regalarte la miel
Que hay en mi alma, y en mi cuerpo en cada parte.
Mujer, me transformas, me dominas, me encierras en tu cárcel
Me condenas a tus ojos, y yo me muero por amarte.