¿Qué es la muerte?
¿Acaso es la inexorable ausencia de funciones vitales
o un modo de vivir y sobrevivir de un cuerpo o entidad donde antes había vida?
Es (mejor dicho) estar contemplando el frío e inmaculado blanco de páginas intermitentes que una y otra vez desaparecen.
Un grito silencioso, un corazón enfermo,
la perdida súbita de las memorias,
un río carmesí que bajo los pies se extiende,
una arteria que se rompe aplastada en el silencio.
Un impulso que se transforma en caos y desesperación.
¿Entonces qué es la muerte?
Una cicatriz que nunca dejara de llorar, la oscuridad que blasfema y humilla, la vejez que se acerca y entra sin tocar la puerta de nuestra existencia, la sensación de estar cargando un mundo descompuesto y putrefacto sobre la espalda.
Conozco tantas realidades que la razón del hombre no comprende, y te aseguro que en todas y cada una de ellas la muerte es mucho más que la falta de vida.
Eternas lunas.