En el buen sentido de la palabra
soy singularmente optimista,
pero no...biológicamente
como expresan algunas personas.
En edad temprana,ese carisma rebosante
era una elación del alma.
Esa tendencia positiva
con el paso del tiempo
halló obstáculos severos
impidiendo él autentico desarrollo.
Muchas veces ese espíritu,me lo hurtaron.
Y otras tantas,he procurado restituirlo.
Hoy tan sólo me resta,un menguado
y reservado optimismo.
¿Quién me despojó ese carisma?
¿Quienes extenuaron,aquél exultante optimismo?
-Los políticos corruptos?
-Los juriperítos viciosos?
-El despotismo militar?
-Los religiosos pedofilos violadores?
-Los psicólogos y su ciencia comercial?
sofístas,"probos,honrados y honestos"?
El deterioro conceptual?
"La sociedad decadente
envuelta en el caos del consumismo,
desconcierto en el cual me incluyo
como un autómata sin sentido"
Aquél optimista que alegre vivía.
¿Donde está?
Aquél que confiado emprendía el destino,
ante lo adverso,ante lo utópico.
Con la única arma...Optimismo
Aquél optimista que alegre vivía.¡Vive!
Y vive por la gracia de haber vivido,
esa única posibilidad,que es la vida.
Aunqué los años,marchitan,deterioran,
consumen y determinan.
Ese conglomerado de cosas no logró
apoderarse de mí optimismo.Aún lo conservo.
Golpeado,apabullado,menoscabado.
pero siempre incondicional,
apegado en el fervoroso optimismo
que atesoro en el corazón
porque él,es el auxilio de la vida.
Julio Carbó.