Naciste fresca bañada en invierno,
verdeciendo lo seco del verano,
como llovizna que llegó temprano,
mojando labios con su beso tierno.
Llegaste con aroma en primavera,
y la tierra de colores llenaste;
de luz, mi oscuridad iluminaste,
y de fresca brisa la noche entera.
Pero la vida camina ligera,
dibujando huellas con algún retoño;
marchitando mustia la primavera,
acercándose lo gris del otoño,
cual si fuera penumbra lastimera,
llegando necro por fin al entoño.