Aterrizan mis ojos en tu esbelta figura,
navegando palmo a palmo toda tu silueta;
mi diáfano pensar ha perdido su cordura;
te imagino frente a mi tan solo con coleta.
Tu mirar me doblega cuando advierte mi deseo,
tiemblo por tu susurro y mas por tu apego,
tientas mis ganas con el aroma de lo prohibido,
enciendes mi alma con la llama de lo cohibido.
Mis labios presagian el frenesí del alba
jadeantes por el néctar de tu dulce sabia;
tu aliento emancípa feromónas que provoca;
trémulo y rapaz consigo un roce de tu boca.
Insatisfecho, doblego la culpa de lo incierto,
presuroso arremeto, más seguro, otro intento;
de tu boca saboreo lo carnoso de tu hablar,
extasiando mi vigor, la dulce miel de tu paladar.