Al tiempo sentí perderte
sobre un puñado de barcos que murieron
no fingí el temblor de hojas cayendo
húmedas de luz nocturna
lluvia en el acantilado
suspiros de tardes violentas
seco como un lunar vacío
hincado en el alambre, sentido en el abrazo
naciendo entre un vicio borroso
lleno de tibios verdores
de un cementerio dormido