Hoy es que invoco
a la lentitud del caracol;
cuando desvisto tus deseos
en esta constelación provisional
con aspiraciones de eterna.
Hoy es que invoco
un aleteo de mariposa;
para que rasgue tu oquedad
y el arraigo de la melancolía.
Hoy es que invoco
un soplo contra el hubiera
para disipar densas brumas
de los vacios que se conjugan;
en la imposibilidad.
Hoy es que invoco
a una golondrina etérea
con las alas necesarias
para hurgar en lo invisible
entre fuerzas misteriosas.
Hoy es que invoco
al alarido que apacigue;
la desesperanza de las grietas
y apresure
el ocaso de la frustración.
Hoy es que invoco
lo que invoco por que puedo
después quizás ya no.