Jordi Etresi

Maldigo al tiempo

 

Maldigo al tiempo

 

 

Hoy maldigo al tiempo que pasa sin poder disponer de la añoranza, del momento, de los segundos, de tus besos, de tu voz gritando mi nombre, la vida se convierte en un saco de boxeo y tu olvido los golpes que lo alimentan. 

 

Hoy maldigo la distancia, la lluvia que moja la carretera de mis venas, las ambulancias llevan a la tristeza a un quirófano llamado felicidad donde intentan revivirme ante un fatal desenlace.

 

Un día como hoy extraño volar en la aerolínea de tus besos, sigo anclado en la estación a la que no llegue ayer y hoy me conmueve tu recuerdo no queriendo ser una estatua en el anden del dolor.

 

He fallado tantas veces, sobre todo a ti, que merezco tener un corazón de madera carcomido por un grupo de termitas llamadas frustración, lamentando no tener un corazón de plomo.

 

Lo difícil es sonreír cuando te estas muriendo por dentro sin poder controlar todo lo que te envuelve, al final te juzgaran por lo que haces mal, aun hacas mil cosas bien y algunas veces con toda la razón del mundo.

 

El amor puede quedar como un cuadro abstracto sin un significado, una serigrafía de grafitis escritas en el muro del olvido, maldigo esas toneladas de recuerdos tapando pequeños gramos de felicidad.

 

Así puedo rememorar un mes de diciembre como el que vive unas navidades encendidas con las luces apagadas, una tristeza  envuelta como regalo de Santa Claus, un villancico tocando su ultima nota.

 

Las lagrimas son versos escritos con agua salada y se esconden en el mar para que nadie pueda encontrarlas, así es el desamor cuando un barco deja de navegar enamorado del océano.

 

Muchos corazones son de cristal que con cualquier roce se agrietan, otros son de piedra inalterables al tiempo, pero el mío afortunadamente aun sabe amar en la oscuridad en tiempos de sequía.

 

Ojalá exista un detergente llamado felicidad para borrar todas las manchas de tristeza, todos sabemos que  cuando todo va bien no deseas que termine y cuando termina deseas que todo vuelva a ir bien.

 

Y aunque nadie sale ileso de una bofetada fingiendo que no duele...

 

Suerte que unos besos rotos tienen siempre fecha de caducidad...

 

No se puede amar a quien no desea quedarse en tu corazón.

 

 

Jordi Etresi

 

-© Copyright  2019

-22/12/19 todos los derechos reservados