Traías la gran danza ardiente de sed, de profecía infantil de un mañana soñado
Desnuda de pies y brazos como tornado invisible
entraste sin sonido en mi razón destruída
Amé verte caminar, lloré de adentro emancipado
Sin calma, con ansiedad de enfermo
Fuiste puerta de sol abierta, manantial desbocado
Mi caballo lunar, canción que no termina
Recuerdo verte mojada, salpicándolo todo, con furia de hembra de cobre
tu rastro en el piso, tu paso de vértigo y castigo
yo enamorado besé tu calma, donde no existo
Descalza eres muchacha, desnuda y descalza