En el largo camino de la vida
Por el arduo desierto de dolor,
Se requiere una fuerza superior
Que nos muestre esa ruta ya perdida
Para la mayoría está escondida
En el amplio camino del rencor,
Sólo la estrecha senda del amor
Trasciende aquella fruta tan prohibida;
Es del conocimiento, la vereda
Que nos libra del fatuo padecer;
Es tan imprescindible ver la rueda
El saber cuán es fatuo ese placer;
No dejes que lo fácil te conceda
La opción de aquel constante padecer;
Pide esa luz sutil que te ilumina
Te muestra lo sublime del perdón;
Aquella lucidez que no termina
Y que une nuestro cuerpo al corazón:
Una realidad que a todos lleva
Al sublime concepto de aquel bien…