Terapia de alternativa
con sonrisas escondidas
que asoman en la mañana
de una noche bien dormida.
Terapia juntando al lado
de la gente que me quiere
las cosas que voy comprando
aunque nunca me convienen.
Terapia de ojos amargos
que despiertan al vacío
de cosas que voy diciendo
mientras me quedo dormida.
Terapia de años pasados,
años con seres queridos
que se fueron de repente
sin anunciar la partida.
Terapia que ni me acuerdo
por qué se sienta en mi vida
por qué me llama a los gritos
aunque produzcan heridas.
Terapia de tiempos idos
que vuelven sin preguntar
llevándose inconvenientes
por el camino del mar.
Terapia que busco tanto
y no quiero terminar.
Me ayuda en trancos amargos
si es que tengo que llorar.