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UN PEQUEÑO RIO
Barayo es un río chiquito,
Con sus aguas cristalinas
Que caminan hasta el mar,
Entre zarzales de espinas.
En sus márgenes, helechos
Poleo, juncos, que la adornan
Y dan cobijo a las aves
Que por su ribera moran.
Siempre va, manso, tranquilo,
Sabiendo que cerca esta;
Ese mar donde su vida
En la playa dejara.
Pero, ¡este año las lluvias!
Torrenciales, que han caído,
En fiera lo han convertido,
Ya no es el río chiquito…
¡Arrasó, todo a su paso!
Casas, coches, animales…
Dejando desolación
En todo lo que encontró.
¡No tuvo la culpa el rió!
El hombre no se paró,
Y construyo lo que quiso
Y al rió, ¡no respeto!
El, solo Quería llegar
A ese ¡fantástico mar!
Para entregarle su vida
Y en el, ¡poder descansar!