Tal vez no te des cuenta, pero aún te sigo metiendo en mis escritos de loco, tan furtivamente como no llamarte por tu nombre, tan recóndito que sólo entre líneas te sigo recordando.
Aquel gran amor, mi antigua ilusión, la más clara y real, tan lejos del odio y el rencor que dejan las desilusiones y las cicatrices, que solo el paso de los años, el camino recorrido y los golpes de la vida dejan en cada adiós.
Aún estas en mis recuerdos, eres parte de mí, de mis alegrías y mis pesares, pero sobretodo de las noches llenas de estrellas en donde el insomnio no me afectaba, pues yo disfrutaba tanto de esas noches en vela, fuiste mi primera musa, la primera letra del amor perdido que escribí al ritmo de mi corazón.
Eternas Lunas.