Nunca me sentí tan liviana
como cuando me quito el reloj
de la muñeca izquierda
y son las nueve
y deja de contarme los latidos
los recuerdos,
los errores,
los olvidos
las pasiones
el deseo de ti
A veces me pongo en la tarea de dibujarte
y son las diez
y consuelo mi cuerpo imaginando caricias
A veces escucho tu melodía
la sinfónica de besos -versos- danzando sobre mis ojos
y no recuerdo si tengo o no
el reloj en la muñeca izquierda
hago el ademán de buscar el momento
nunca me sentí tan pesada.