Viajo por la navidad, confundido con ella,
con mi pesar y tristeza.
Es algo destructor, que a mi alma inquieta,
y a la cual, triza a triza enferma...
¡Ay cuestión obscura! que atraviesa la sombra,
de mi conducta extraviada.
Es una noche buena, malamente imperfecta,
solo materialismo que me abisma...
Es vida estéril, desierta y derrochadora,
no hay bendición, ni gloria,
solo el consumísmo vil al que se idolátra,
y al Niño Jesús que se destierra...
Guíame Señor, a una playa,
donde nazca el sol vivo de tu mirada,
fuera del mundo capitalista,
y así me puedas coronar, de luz y de vida...
Y que la rica pompa, sea una estrella desnuda,
que a Belén vaga refleja,
junto a la gente humilde que no se queja,
y que a tu nacimiento sublime, en el pesebre diviniza...