La belleza que crece con la edad,
se llama fuerza y perseverancia.
Esa capacidad maldita de insistir
correr y no abandonar jamás,
viviendo cada minuto, amando
en cada momento y suspirando
llena de vida ante la inmensidad.
La belleza que crece ante los años
es la profundidad e intensidad,
por eso sé tú mismo y se el mar.