Frente ante la ventana ante el silencio
aparece entre la nieve en los pinos
un caminante de frío sin vinos
eco blanco en el frío del silencio.
Moría de hambre en sed aquella noche
blanca perpleja callada en la pena
corre el viento, corre el alma en la vena
corren renos ante el viento en la noche.
De pronto una luz hermosa ilumina
aquella noche entre la nieve y el hambre
el caminante ante el frío, entre calambre,
la vida, hálito de fe, no culmina.
La fuerza del espíritu en la noche
ante el frío mortal, va el caminante
una estrella ilumina al caminante,
al fuego, esperanza, al pesebre en noche.
Al pesebre, el caminante en rodillas.
se enternece, llora, en la ternura y hambre
ve sus ojos, aquel niño, en calambre,
y de hambre, ante el niño Dios, de rodillas.