Ahora que el año casi termina
me retiraré del mundo sin antes
Abandonar la dolorosa espina
Y aunque carezca de muy finas artes
Diré a los cuatro vientos mi verdad
Y empiezo dejando ya sin dudar,
A manera de regalo y verdad
El valor necesario y soportar
Los días difíciles que se vienen
Hijos no les quiero ver “asostados”
las suficientes enterezas tienen
Podrán de esta salir muy bien librados.
Dejo, mis hijos, unos grandes huevos
Tan grandes como los del “colibrí”
Que les permitirán idear nuevos
Senderos de paz y justicia aquí.
Le dejo al gigantón Dieguito Pérez
Renovado ánimo por la cultura,
Es lo que da dignidad a los seres
¡Qué el arte se eleve a su regia altura!
Al doctorcito Rodrigo Astudillo
Que bastante por nuestra cultura ha hecho
Le dejo ideas que le darán brillo
Y que la cultura encuentre su techo.
A los “Pichirilos” dejo un sombrero
Además, bastante fama y contratos
Y que le integren al pequeño Homero
Para que sean cuatro pelagatos.
Al secretario Flores de la extensión
Le regalo un preciso marcapasos
Para que no le falle el corazón
mejor se encomiende a todos sus santos.
Al buen tesorero don Misael
Dejo un cuaderno de contabilidad
Para que anote de manera fiel
Los ingresos con responsabilidad.
Al periodista don Galo Terán
Dejo mi cordial agradecimiento
Los próximos años frutos darán
Su aporte cultural será un portento.
Al poeta y escritor, don Murialdo
Quien me ha dedicado estos buenos versos
Dejo la esperanza en un mejor mundo
Que sus poemas recuerden los tiesos.
A la usurpadora boliviana, otra
Que se prestó para el vil golpe artero
Le dejo la Biblia y el Kama Sutra
Que luego le esperará el carcelero.
Al poco popular Lenín Moreno
Le dejo una silla de ruedas nueva
Que no se olvide que nada es eterno
Y que nuestro pueblo jamás se ahueva.
Al chileno Piñera, el derechoso
Le dejo una nueva Constitución
Y el mundo sabe que nunca es honroso
Que al pueblo se reprima sin razón.
Al nazi Bolsonaro el brasileño
Urgente daré agua y mucha manguera
Para que se apague el fuego del leño
De la Amazonía que es una hoguera.
Les dejo a nuestros héroes franceses
Un millón de chalecos amarillos
Para que sigan luchas sin reveses
¡Que a los ricos les duela los bolsillos!
A Conocoto y su querida gente
pueblo siempre noble, aguerrido y tieso
Le dejo una puerta de entrada al cielo
!De todas las tragedias salga ileso¡
Y si no les ha gustado mis versos
Pues que no los he escrito como sea
Si me ha faltado picardía y sesos
De seguro la culpa es de Correa.
En las elecciones que se avecinan
A nuestro pueblo les dejo buen juicio
No crean en datos que se cocinan
Ni en los que fabrican tanto bullicio.
Y ahora tengo que seguir mi sino
cual es perderme, desaparecer
La muerte de todos es un destino,
a la vida hay que saber merecer.
Me voy con nostalgia y felicidad
Adiós mis amigos, adiós a todos
Solo les pido que vivan con bondad
Si tienen amor, nunca estarán solos.