Qué bonita estaba,
que feliz y radiante
en aquel día para ella tan importante.
Ese día con el que tanto ella había soñado
Por fin había llegado.
Tantas noches en vela con sus primas y amigas fantaseando como seria su vestido, la ceremonia , el convite y quien sería su madrina.
Aquel al que le daría aquel eterno:
“Si, quiero”
¿Como sería?
Bueno, por fin ya lo sabía…
las lágrimas y los desengaños ya quedaron atrás,
por fin tenia a quien su amor entregar.
era el día de su boda,
por fin se iba a casar.
¡Que bella estaba caminando hacia al altar!
Era la mujer más guapa que había visto jamás,
¡Lo puedo jurar!
Ya era perfecta para alguien.
Para alguien más,
¡Que rabia que no fuese yo quien la esperase en el altar!
¡Qué pena, que rabia, y que dolor!
¡Que tonto fui de haberla dejado marchar!…