Ven. acércate que quiero suplicarte
que no cierres tus fronteras para amarte.
Se me impone con suma urgencia quererte,
es una necesidad de vida o muerte.
Ante ti me arrodillo para rogarte
que sin temor me cruces de parte a parte,
que tu fogosa pasión me vuelva fuerte.
pues no puedo darme el lujo de perderte.
Es obvio y lógico que tu juventud
revigorizaría mi senectud
dándole brío a mis años serenos.
Mézclate, entra en mi sangre, vida mía,
se que el suero de tu amor me serviría
para vivir más y para morir menos.