Barcelona es ella
La podría definir como la escultura mas bonita de Gaudí, un monumento soportado por esas piernas que pasean su belleza y levantan las flores de la Rambla, ella es más que la euforia de un gol de Messi, Barcelona es ella.
Cuando se baña en la Barceloneta Colón siempre la señala como su sirena, cuando anochece su corazón se ve como la noria iluminada en lo alto del Tibidabo y cuando amanece sus tonos anaranjados se reflejan de manera hermosa en el mar.
El Liceo le queda pequeño, escuchar su voz es mi ópera prima, es la lírica paseando por el barrio gótico, la mágica fuente de Montjuic baila al ritmo de su silueta, es la manera más dulce de recordarla, es tan dulce como degustar el moscatel.
Ella puede atravesar la ciudad por las rondas como la poesía que me atraviesa los labios de punta a punta, Barcelona es ella, la musa que apunta más alto que la Torre Agbar, la esencia elocuente del amor hecha rumba catalana.
Sus labios rojos son un manjar, dulces y cremosos con sabor a canela típica de la región, sus ojos llenos de vida revolotean como aves y se posan ante los niños llenándolos de sonrisas una mañana cualquiera en la Plaza Cataluña.
Ella es mas espectacular que un musical en el Tívoli, tiene mas magia que Antonio Díaz, sabe que nada es imposible y tiene mas arte que toda la colección de arte expuesta en el museo Picasso.
La ciudad del amor ya no es París, ni Venecia, es donde ella se encuentra, cualquier ciudad se tambalea ante su presencia y es que Miró de haberla conocido, la retrataría, convirtiéndola en una de sus mejores pinturas.
La sardana sabe que es completa si sus manos van encadenadas alrededor de la gente a la que quiere, ya que para ella no existe unión si no es con el circulo del amor al completo, por eso siempre tiene su corazón abierto.
Este poema será un recuerdo, pero ella será eterna, una de las pocas manías de un poeta, el ruido de los silencios, la melodía que Serrat siempre quiso componer, de ser coronada sería en la cúspide de una torre de Castellers.
Siempre será el corazón más hermoso, el latido eterno que inspiró la Rumba de Peret, la que es capaz de unir al mundo en unas olimpiadas, la mujer que acoge a todos sin pedir nada a cambio.
La luna despierta cada noche como lo hace una rosa el día de Sant Jordi y no existe más huelga de estrellas cuando ella ama, es como un satélite en la órbita de la paz, como llamar hogar a una estación espacial digna de un astronauta enamorado.
Barcelona es ella.
Jordi Etresi
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