Raíces de mi alma brotaban flores y rosas, chispas de emociones inundaban todo mi ser, mis sentidos, mi corazón y mi vida. Completamente perfecta la veía, tan perfecta que no sentía daño alguno, tanto, que lo que parecía un desperfecto, fue mi completa perfección.
Su delicadeza me llevó a enamorarme ciegamente, su dulzura fue tan real en el momento que parecía encantado, sus ojos me mostraron sencillez y ternura y ese choque de mi corazón con el suyo fue a un más fuerte que una gran explotación.
Y he allí donde todo cambio!
Mientras más perdido me encontraba en un camino desconocido, ella fue enseñando su parte dura y oscura, me enseño a amarla sin cordura pero no me enseño que de un amor bonito, hay golpes muy duros que dañan hasta al más enamorado.
Ella tan solo fue ella, yo, yo tan solo fui ciego del amor y del querer, ella se alejo sin murmurar palabra alguna, y yo, con las rosas muertas en mi jardín quede al no aprender.
Henry Ruiz
28 de Diciembre 2019