Tres segundos antes del impacto
mis manos se deslizaban por debajo de tu blusa
con el afán de un pirata que busca un tesoro.
Tres segundos antes del dolor
no sabía que tus besos tenían sabor a lluvia,
que yo florecería,
que vos echarías raíces.
Tres segundos antes de la sangre
tu pelo me nublaba,
mi pecho tronaba.
Tres segundos antes de vos
yo estaba dormida.