Ya en en el ocaso de este viejo año,
de cuyo fin se acerca el momento,
resulta oportuno hacer el recuento
de mis alegrías y de los daños.
Agradezco de la salud que he gozado,
Dios me ha hecho con buena mano,
porque a pesar de lo comido y tomado
(sin mencionar uno que otro pecado)
por su gracia me encuentro bastante sano.
A Dios gracias con trabajo cuento
y me asegura ingresos fijos
que me permiten mi diario sustento,
así como el de mis pequeños hijos.
Gracias también, en voz alta lo digo,
porque en este año he contado
en las buenas y malas a mi lado
con la presencia de un buen amigo.
En cuestión de amor no somos prolijos,
en ese tema tal vez si yerro,
lo bueno es que me quieren mis hijos
y también me quiere mi perro.
Cierto es que también he llorado
por uno que otro golpe recibido,
por alguna pena que he vivido
y por los que se han adelantado.
Siendo sinceros el saldo es muy loable
por lo que estoy con Dios agradecido
con este recuento anual tan favorable
donde he sido ampliamente bendecido.
JMGH
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