Si pretenden cambiar con oraciones
las penurias que nublan nuestro mundo;
les recuerdo que vive en vacaciones,
ese dios de piedad, y amor profundo.
Veinte siglos pidiendo bendiciones
sin que cure el dolor del inframundo;
pues sus ojos se alejan de rincones
donde yace sufriendo el vagabundo.
Es por eso que el año venidero
no sé vistan con ropas de piadosos
implorando al \"señor\" por la bonanza.
Deben ser sus ropajes de guerrero
enfrentando caminos escabrosos,
y esgrimiendo la espada de templanza.
Autor: Aníbal Rodríguez.