“¿Qué verso puede equivaler a toda la Eneida? ¿Qué día de nuestra existencia puede valer por una vida entera?” (Francisco García Jurado, “La hipálage, entre Borges y Virgilio”)
Un día de mi existencia
tiene el valor de mi vida entera:
cuando decidí decir que sí.
Ese día separó un pasado que pasó,
de un porvenir incierto:
lo único cierto es la actualidad del sí.
El eco resuena
en cada pedido, en cada pregunta
cuya respuesta es invariablemente sí.
Conjugo aquel día en presente continuo
el sí del sujeto, el sí en cada predicado,
el sí en cada verbo encarnado.