Hoy me encuentro
en los ojos
de los ciegos,
aunque no reconozco,
los desechos
de aquellos recuerdos
tan rotos.
Y tú imponente;
gran figura,
rostro de ternura,
ante mi asombro
te llevas el miedo,
pero no la amargura
de aquellos recuerdos
que ya no atesoro.