TARDÍO.
Cuanto crece la noche,
sobre la tarde insulsa,
con hastío en derroche,
que a soledad impulsa.
Así se yergue el frío,
indolente a la tibieza,
de un lánguido Estío
y su lozana belleza.
Cuanto la nostalgia,
invade quietud y paz
y un rayo de ansia,
se devela en la faz.
Y crece la noche,
cual amor tardío;
Silente reproche,
de furtivo extravío.
Más no por furtivo,
es este amor liviano,
porque aún arcano,
es casto no lascivo.
Es suprema simiente,
que sin sembrar nace
y aunque tardíamente,
sobre el alma yace.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Diciembre 31 del 2019.