Eres perspicaz,
astuto
e inteligente;
pero con un gran defecto:
te aprovechas
y manipulas,
a los inocentes.
Eres arrogante,
insolente
y prepotente;
pero con una cualidad:
arrebatas la vida,
destruyes y aniquilas,
a tus oponentes.
Eres altivo,
soberbio
y mezquino;
pero con la finalidad:
de engañar,
blasfemar,
y asegurar tu destino.
Eres poderoso,
agresivo
y destructivo;
pero con el propósito:
de dominar,
expoliar,
a los pueblos combativos.
Eres como águila,
carroñera
y devoradora;
pero con un fin:
saquear a los pueblos,
aquí
y ahora.
Eres farsante,
intolerante
y atracador;
pero con una visión:
acumular riquezas,
a costa de otros,
y su dolor.
Eres timador,
ególatra
e invasor;
pero con una razón:
extender tu poderío,
controlar el mundo,
para tu favor.
Eres hipócrita,
déspota
y salvaje;
tu historia lo dice:
embaucas gobiernos,
atacas su gente,
como tu salvataje.
Te muestras benévolo,
afable
y sonriente;
pero con una intención:
malévola,
asesina,
con tu legión hiriente.
Eres genocida,
sin espíritu,
ni corazón;
por eso tu supremacía:
es racista,
narcisista,
en contra de la migración.
Eres implacable,
perverso,
y tormento;
fincado en tu pretensión:
de instalar,
imponer,
un solo pensamiento.
Eres verdugo,
rapaz
y asesino;
con la infame táctica:
que los pueblos,
obedientes,
anden tu camino.
Eres el imperio,
violador de derechos humanos,
te apoderas de países e islotes;
con la perversa estrategia:
de sometimiento,
con zanahoria
y garrote.