Y esta fe que descubre más allá de la muerte
Y esta sentencia que nace del humano sufrimiento
Y estos temores que muestran sus espinas como púas
Y esta vida que concluye entre aflicciones y flores
Aún si en el cielo no quedase resplandor alguno
Y vacío terminase sin destellos, sin estrellas.
Aún si en mis ojos no hubiese mirada alguna
Y las flores y la hierba murieran por destino
Glorioso ha de perdurar mi sencillo pensamiento
Cual fulgor de aquel tiempo que en mi juventud fascinaba
Gracias a este corazón humano, supremo de ternura y mi llanto
Gracias a la belleza que subsiste, en la memoria eterna de los recuerdos
Tu imagen llega a mí como una flor en el campo
Tu aroma se descubre entre azucenas y amapolas
¿De donde brotó la lágrima que anegó tu mejilla?
¿De donde nació el olvido que extravió nuestra mirada?
Aunque el resplandor de otros años fuese mayor al coetáneo
Y sus alegrías colmaran nuestros tiempos de infancia
Aunque nada pueda hacer volver la hora vivida
Estoy aquí, Existo ahora. Entre mi pensamiento y tu recuerdo