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ANTIGUA ROMA, O EL SOL DE MEDIODÍA...

 

Surge el lirio...

en la nebulosa del olvido,

y de alcores... se advierte el mediodía,

nada... se niega a su regazo,

porque de los vientos

es la herida sin poema,

 

allá donde Venus y la rosa...

se entretienen,

porque Dios...

demiurgo sin coraje,

 

apenas se divierte...

en la belleza

lánguidamente descuidada,

por el narciso...

pálidamente desasosegado,

 

en la esencia

casi divinizada...

 

por la ausencia

inmaculada de su rostro.