Mirarse en un espejo sin mirarse,
es negarse a aceptar la realidad.
Verse por fuera, aunque nos de miedo,
es la única forma de saber nuestra verdad.
Pero a esta edad que ya tengo,
cuando el tiempo ya se acaba,
cuando la vida se va,
cuando el horizonte se acerca
más y más,
hay que mirarse con espejuelos,
sin autoengaños, ni vanidad.
Me he mirado muchas veces,
mirar sin mirar…
Más hoy he mirado buscando respuestas,
y he visto un \"Yo\" desconocido,
que entra en conflicto con mi “Yo” existencial.
“Estas viejo” –me ha dicho el espejo-
y un espejo no miente jamás.
Estoy viejo, sí, estoy viejo,
pero por fuera nada más…
Es la inevitable lucha entre el “Yo” interno
y la realidad.
Por dentro me siento total:
Napoleón en Córcega;
o mejor, Nelson en Trafalgar,
la gloria al final de la vida,
solo así los dos “Yo” se pueden conciliar.
Pero la razón solo el espejo la tiene:
“Estás viejo Dorian, estás viejo…”
!Y esa es la pura verdad!
Frank Calle (26/ dic/ 2019)