Sepulcro Beltran

El sueño

 

 

Todos los días, antes de dormir me gustaba pensar mucho en ella, su recuerdo invadía mi mente algunas horas antes de ir a dormir, pues de alguna manera podía reprogramar mi mente para soñar con ella.

 

Pero anoche fue distinto en mi sueño, ella no tenía esa amplia sonrisa tan hermosa que siempre la caracterizaba, no existía un campo verde con flores amarillas, ni había mariposas volando por ahí, tampoco iluminaban esos cálidos rayos de sol que su vestido azul hacían resplandecer, anoche, ella simplemente no apareció en el sueño.

 

Fue difícil conciliar el sueño, los niveles de tabaco y cafeína en mi sangre eran muy altos, pero mis ansias por recordarte, por tratar de revivir su imagen en mis sueños y así aliviar mi alma, por unos momentos.

 

Tenía una caja con alprazolam que poco a poco me había estado acabando, pero está vez me hizo caer en un profundo sueño, hora estaba en un bosque solitario, los árboles eran tan altos y majestuosos que no se alcanzaba a ver la copa de los mismos, y solo se veía una espesa niebla.

 

Camine por horas con los pies descalzos, después de tanto caminar por una senda olvidada, llegue a un frío claro, lleno de un pasto de color gris, en medio del claro sentí un fuerte dolor en el pecho, como si de un rayo clavándose en mis pulmones se tratase, después ya no sentí más dolor, seguí caminando , y junto a ese claro que iluminaba la luna llena se escuchaba un extraño ruido, al seguir caminando me di cuenta que había un río de sangre, y por sus orillas crecían unos enormes lirios de color verde, encima de uno de esos lirios, estaba un rana de color gris, con los ojos rojos, la rana se me quedó viendo y me dijo:

\"Por qué has venido a este lugar donde la esperanza es inexistente?\" a lo que respondí -Yo abandone la esperanza al tratar de verla en mis sueños- y la rana se empezó a inflar, como si de un globo verde se tratara, y justo cuando estaba del tamaño de un globo flotante, explotó, esparciendo su sangre y vísceras por todo el pasto gris, dejando en el ambiente un sonido insoportable, unas palabras que flotaban en el aire, esas palabras formaban una palabra que a mi mente le quitaban su sanidad, esas palabras eran \"muerte solamente\"

Ya eran muchas horas dormido, y a pesar de eso no podía despertar, yo quería hacerlo, pues después de tanto tiempo no había podido materializar tu recuerdo, y al no poder hacerlo, seguí caminando.

 

Después de otras horas pude llegar a otra parte del río de sangre, pero ahora había un pequeño muelle a la orilla del río, y en él un pequeño bote de esos donde solo caben dos personas, se me hacía extrañamente parecido a aquel bote donde te lleve un día al centro de un lago y justamente ahí pedí tu mano, pero de eso ya hacía tanto, pues después de esa extraña enfermedad, que se llevó tu capacidad de ser madre, y posterior extirpación de matriz, nunca pudiste recuperar aquella amplia y hermosa sonrisa, de repente, volví al río de sangre, y empecé a remar, corriente abajo, hasta llegar a un extraño lugar, lleno de tumbas y oscuridad (pero no se sentía la paz de un cementerio), traté de amarrar el bote de nuevo a un tronco que estaba ahí, pero fue en vano ya que se lo llevo la corriente, así que seguí caminando en medio de las tumbas, hasta que llegue a un lugar distinto, era un muro que se asemejan a los altísimos árboles de aquel bosque olvidado.

 

Ese muro era tan alto que se perdía entre las nubes, era un muro de color negro, que media unos 10 metros de largo, y tenía extrañas letras y símbolos en un antiguo idioma, y mi curiosidad me hicieron acercarme para ver qué sus letras formaban una palabra más, \"muerte solamente\" y cambiaban las letras y ahora decían \"ya no podrás despertar\".

 

En ese momento sentí un terror, pues había pasado ya por tanto, que yo sabía que ya debería de haber despertado, y no podía, volteaba a ver la luna y se había ido lejos, las nubes oscuras nos separaron, y era presa de un pánico tan fantástico, que me eche a correr, y ese lúgubre desierto de tumbas llegó a su final, ahora solo había una calle, de negro pavimento y blancas, en las orillas de la calle, junto a la negrura de esta pesadilla, colgaban de los faroles, lámparas en vez de focos, y en su interior había luciérnagas en vez de focos, dándole a la calle un aspecto verdoso con el color que ellas desprenden, a mi mente vienen recuerdos de la calle de tu casa, donde en tiempo de lluvias abundaban esos hermosos insectos.

 

Estaba cansado, que acaso no se supone que en un sueño uno descansa? no lo sé, pero llegué a un parque, donde sentí ese poderoso dolor en el pecho, caí al pasto casi desmayado, era un dolor espantoso, pero al pasar los minutos volví a dejar de sentir, y un recuerdo vino a mi mente, era ese justamente el parque donde te conocí, el que estaba frente a mi casa, pero antes de entrar, me encontré con un perro negro, sus ojos brillaban en la oscuridad, y antes de llegar a mi casa me dijo \"a que has venido a este lugar sin esperanza?\" y le dije -yo abandone la esperanza al tratar de verla en mis sueños- y entonces el perro empezó a encogerse y envejecer a manera de que en menos de tres minutos quedó en los huesos, y justo con su último aliento pego un aullido el cual se transformó en las palabras \"no despertarás nunca más\"

 

Ahora sé que la situación es peor después de todo, fui de prisa y ahí estaba la vieja casa, la puerta abierta y yo estaba ahí, tirado en el piso de mi habitación, con espuma en la boca y con una foto de nosotros en la mano, ese sapo y ese perro siempre me dijeron la verdad, nunca desperté, nunca lo haré.

 

 

 

Eternas lunas.