Piel con piel, labios con labios, Y la necesidad imperiosa de no despertar, De mantener este sueño en donde eres mi dueño, Y entre caricias me esfuerzo Por detener ese tiempo, que implacable, Apresura la hora de tu partida Y cruelmente me obliga a dejarte marchar, A dar por perdida la esperanza inútil De volverte a soñar. Pues cuando habrá mis ojos y vea a mi lado Esos besos, esas caricias, No serán más que un recuerdo vago De un imposible, de un jamás.