¡Cuanto amo a este
lugar sagrado donde reposa
mi cuerpo sintiendo paz espiritual
al final de cada jornada!
En cada amanecer
abro el ventanal de mi alcoba
alegrándose mi espíritu
al contemplar la naturaleza
con los ojos del alma,
llevándome a pasear
entre rosas y arboledas
que adornan mi encantador jardín
A lo lejos escucho
el canto de los colibríes
observando cómo retozan
de rama en rama... de flor en flor
¡Espectáculo maravilloso,
deseando nunca dejar de admirar
y permanecer infinitas horas
dentro de mi espacio silencioso,
no sólo para deleitarme con el sonido
melodioso de las aves ,
sino para encontrarme a mí misma!
¡Oh!...cuanto deseo permanecer
completamente deslizada,
en este aposento de suave plumaje,
drenando mis pensamientos,
para que mis emociones
puedan fluir con mayor serenidad!
¡No deseo abandonar mis sábanas
bordadas con finos hilos y encajes,
dándome calor en estos momentos...
no... no lo deseo,
pero el deber me llama...
me llama a cumplir
con mis responsabilidades!
Nhylath