DianaReydz

Él, mi siempre.

 

Ella, había pasado por un huracán,
un tornado y un sorpresivo temblor
que ya le habían devastado el corazón.
A él, por casualidad lo conoció.
Ella, escribía para que le respirara el alma.
Él, también escribía, versaba de amor, sexo y mucha pasión.
Ella, suspiraba cada que lo leía y algo en su piel se encendía.
Él, como cambia el clima soleado a nublado, a veces se desaparecía.


Ella, empezaba a extrañarlo de un modo raro cuando no veía que él escribía.
Él y ella, un día conversaron y como el agua todo fluía.
Él, fue tan natural y autentico desde el primer día.
A ella, eso le encantó y por eso, se sintió atraída.
Él, de repente se perdió.
Ella, en tanto nunca lo olvidó a excepción de su nombre, ¡vaya ironía de la vida!
Él, transcurrido algunos días, de repente reapareció.


A ella en tanto, ya la habían desilusionado denuevo y estaba consumida en agonía
con ceros momentos de autoestima.
Él, una tarde recitó con su voz profunda.
Ella, al instante de escucharlo sintió un ardor que jamás había conocido en su piel inexplorada.
Él, quizá ni de ella se acordaba.


Ella, sin segundas intenciones lo contacto una mañana.
Él, respondió entusiasmado, y entonces, un \"no se qué\" se dio.
Ella, como rayo de luz que se desliza por la ventana, se dejo llevar por la reacción en su cuerpo.
Pues, él, sin tocarla a la distancia lograba excitarla y le provocaba sonreír como niña tonta.


Él, al darse cuenta de lo que despertó en ella, intento eludirla.
Ella, empezó a pensarlo, a extrañarlo, a desearlo, de noche y de día...
y la chispa que casi en ella ya no ardía, se encendió como una llama que, incluso, al pasar más de 30 días de no saber de él,
ni con la lluvia ni a pesar de las noches frías en vela,
lograron apagar.
Él, volvió antes de iniciar el año, en invierno,
la estación favorita de ella,
y ella, al leerlo experimentó la más gloriosa alegría.
Él, jamás lo supo.


Él, la buscó, y ella, se sintió más feliz todavía.
Ellos conversaron unas tres veces.
Ella, quiso saber su nombre.
Él, se negó a tal petición y decidió en el silencio aguardarse, deseándole más que nunca.


Ella, no entendió, se le rompió algo en su interior y se entristeció, se enfadó, pero al final comprendió que quizá ella, a él, no lo entendió, y por eso, lo perdió.
Él, sin que ella se imaginara, la soñaba, la pensaba, incluso, ya hasta la amaba y a lo mejor quería complacerla en lo profundo de su corazón, pero no lo hizo.


Ella, lo esperó, mientras le escribía intentando comunicarle el pesar y la pasión que sentía justo en ese lugar que sólo quería ella que él conociera... mas allá de su cuerpo y de su alma.
Él, detrás del teclado leyéndola se quedaba.
Ella, decidió amarlo en silencio con todas las fuerzas de su corazón y escribir para él su eterna inspiración.


Y así, terminó escribiendo ésto y mucho más ansiando que algún día, lea y entienda que la vida de ella ya no es de ella, sino de él, sólo de él.
Porque su vida es su poesía y su poesía sólo a él ya le pertenecía.

 

 

 

1:08am, escrito el 6 de enero del 2020.

 

 

De: Diana Janeth Reyes Diáz.
( Diana Reydz )

Publicado el 06/01/20

 

1:44m

 

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