Te regalo esta noche
de estrella solitaria
de beso en el silencio
y abrazo de esperanza.
Víspera de los Reyes
se hace la noche larga
un frío en creciente
camina por la casa.
Horas que son eternas
sin ver llegar el alba
con añejos fantasmas
rondando las ventanas.
Me llega el agridulce
recuerdo de la infancia
que dibuja sonrisas
de alegrías pasadas.
Hoy puedo valorar
la magia de los Reyes,
Reyes que hacían magia
para crear juguetes.
Un buen día se marcharon
esos Reyes queridos
y jamás retornaron
aunque aún hoy les escribo.
Y en una breve nota
en la noche de ayer
les pedí como siempre
si es que pueden volver.