Es tan fácil morir,
tan sencillo y rápido.
Observo la cuchilla,
distraído, ausente,
como si no estuviera,
como si fuera otro,
un espectador silente.
Es tan fácil morir,
tan barato y cómodo.
Sé donde hay un arma
cargada con sus balas,
siento la necesidad,
como si me llamara,
como si lo deseara,
tengo miedo de mí.
Tengo miedo de fallar,
o de que haya algo más.
Temo que haya otra vida,
y no poder huir de allí.