Añorarte sólo es sufrir y esperarte me hace llorar. Y no sé en qué pensar. Si en los días de atrás o en las horas de adelante, si en tu mirada o en poderme salvar. Toco todavía tu cuerpo, objeto de mis pasiones, convirtiéndote en mi plasma, fundidos en un ser perfecto. Juguetes de la incontrolada pasión que nos abraza.
Cuando nuestros cuerpos se encuentran ya nada les hace falta.
Fuego que arde, marea desterrada, ganas de devorarte en el calor de tu mirada.
Yo abro mis huecos, perfumo mi alma, caldeo el ambiente y pinto una cama.
Procuro seguirte, leer tu deseo.
Darte mi esencia.
Perdida, gimiendo en tus brazos.
Deseosa y deseada.
Tú me besas y tus besos me hablan, no paras de hacerlo y entonces perdemos la calma y tu inocencia se convierte en la lujuria más esperada. Y esa, ni siquiera es la parte más bonita de todo. Somos expertos en unir nuestras almas.
No cambies al amor por la necedad. Conformarte por no conquistar. Consolarte, pero no gozar.
No me dejes. Estoy cansada de todo y contigo me quedo, Nos pertenecemos y sabes que esto será para siempre.
Agárrate a mí, que este baile es nuestro y va a ser eterno.