Un tálamo de amor mi verso guarda,
cubierto de brocado bizantino;
que sueña con tu encanto venusino
y lleno de pasión su flama aguarda.
Mirando tu figura tan gallarda,
en alas de gorrión vuela su trino;
tratando que tu cuerpo tan divino
igual que una erupción, en llamas arda.
Los pétalos de luz que tu alma lleva
quisiera que flotaran en mi vida;
que sean aliciente que promueva
la gloria más eterna y florecida;
con ese tililar que siempre abreva,
del bardo su quimera más querida.
Autor: Aníbal Rodríguez.